Hoy en nuestro blog destacamos una labor que en muchas ocasiones pasa desapercibida, pero que tiene una gran importancia en el cine: el grafismo dentro de las películas. Como ejemplo, analizamos el trabajo de Annie Atkins, responsable del diseño gráfico en El Gran Hotel Budapest.

 

diseño grafico en el gran hotel Budapest

 

Annie Atkins es una de las diseñadoras más exitosas de la actualidad (Los Tudor, Penny Dreadful , El puente de los espías…) y ha cosechado numerosas alabanzas por su trabajo, en particular por el realizado para el filme de Wes Anderson. En esta pequeña joya del cine, ambientada en el ficticio país Zubrowka, Atkins tuvo la oportunidad de crear todo un nuevo mundo: desde los pasaportes hasta el empaquetado de las tiendas, pasando por el diseño de una alfombra o los rótulos del célebre hotel. Todo bajo la atenta mirada de Anderson, un director muy conocido por su meticulosidad y esteticismo a la hora de rodar.

 

 

Varios ejemplos del impresionante trabajo de diseño gráfico en El Gran Hotel Budapest.

Varios ejemplos del impresionante trabajo de diseño gráfico en El Gran Hotel Budapest.

 

Para Atkins el primer paso para un diseñador en un filme es leer el guión y subrayar todo aquello que conlleve un trabajo de diseño lo que se traduce normalmente en una o dos marcas por página.

Sin embargo, para planificar el diseño gráfico en “El Gran Hotel Budapest”, la diseñadora se encontró con páginas enteras resaltadas en color fosforito. Por ello creó su propio guión de todo lo que debía hacerse y en qué orden. Algo nada sencillo teniendo en cuenta que los gráficos “están al final de la cadena alimenticia de un rodaje. Siempre deben plegarse a la disponibilidad de los actores o las localizaciones”, afirma la diseñadora.

Además, hay que contar con la continuidad en las escenas, una labor que Atkins considera “la más tediosa de trabajar en una película, pero la gente se da cuenta si la haces mal”.

 

billetes del Gran Hotel Budapest

 

“Los grafismos son muy frágiles, así que hacemos seis de cada. Si algo ocurre, puedes usar otro, pero tienes que asegurarte de que es idéntico. Y si es para Wes Anderson, hay que hacer 30 o 40 de cada, porque hace muchísimas tomas”.

La importancia del diseño gráfico en el cine es fundamental, pero en muchas ocasiones sutil. En la pantalla, hay veces que sólo se ven fugazmente. Entonces, ¿por qué dedicar tanto esfuerzo a algo casi invisible? Atkins considera que no siempre trabaja para el público, sino que en ocasiones es puramente para el director y los actores. “Los platós de rodaje no se parecen a lo que se ve en la pantalla: están llenos de focos y gente con anoraks bebiendo café, así que todo aquello que pueda hacer la experiencia más auténtica para los actores, es bienvenido. Construimos ese mundo ladrillo a ladrillo y eso significa incluso diseñar los sellos”.

 

Entrada del Gran Hotel Budapest

 

Y, ahora, una anécdota jugosa y reconfortante para los simples humanos sobre el impresionante diseño gráfico en “El Gran Hotel Budapest”: los grandes también se equivocan. Atkins no duda en reconocer su error: las preciosas cajas de pasteles de “Mendl” que se ven en incontables ocasiones en la película y de las que se hicieron 3.000 unidades contienen un gazapo ortográfico. La diseñadora puso dos “t” en “patisserie”, un error que fue corregido en postproducción. “Como diseñadora gráfica tengo una responsabilidad con el lenguaje, las palabras y la gramática; ya que trabajo con ellas todo el tiempo”. Una lección que todo diseñador, por mucha experiencia que tenga, debe aprender, ¡repasa, repasa, repasa!

 

Aquí podéis ver un vídeo que muestra la labor de Annie Atkins para El Gran Hotel Budapest.