La artista valenciana Soledad Sevilla es la protagonista de una magnífica exposición retrospectiva en el IVAM. Una muestra que ya tuvo una primera versión en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y con la que comparte discurso, pero no obras, ya que para esta ocasión se ha dado mayor importancia a las piezas que se encuentran en colecciones valencianas.
Soledad Sevilla, una artista adelantada a su tiempo
La muestra dedicada a Soledad Sevilla estará abierta al público del IVAM hasta el 12 de octubre, y está comisariada por Isabel Tejeda, catedrática de Bellas Artes de la Universidad de Murcia e historiadora del arte alicantina.
Para Tejeda, Soledad Sevilla «es una mujer enamorada de su trabajo, que no ha dejado de pintar ni un solo día de su vida, de hecho, sigue pintando cuadros inmensos. Sufrió la misma discriminación y dificultades que las mujeres de su generación y nunca se rindió».
Soledad Sevilla nació en València en 1944 y se formó en San Carlos y en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona, durante los años 60. A finales de esa década, participa en el Seminario de generación automática de formas plásticas del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid. A raíz de esa experiencia, Sevilla comenzará a utilizar la geometría como base normativa para su obra pictórica.
La artista está vinculada en estos inicios al grupo de creadores seguidores de la abstracción geométrica, aunque pronto se desmarca del uso del ordenador como herramienta.
Sin embargo, para Isabel Sevilla no fueron fáciles sus primeros pasos en el mundo del arte: «Yo siempre cuento, que cuando todos mis amigos y colegas eran famosos, yo no podía ni exponer. Estaba con un niño en una rodilla, otro en la otra y en la mano el pincel. Se me veía como un ama de casa, no como artista. No había manera de romper esa imagen», afirma Sevilla.
«Además —añade— de que el ámbito de la geometría no interesaba, no se entendía y era masculino. No habré oído yo veces eso de que parece que lo ha hecho un hombre. Afortunadamente, eso ha cambiado mucho».
A principios de los años 80, Soledad Sevilla obtiene una beca de investigación de dos años en la Universidad de Harvard. Allí, al no tener un espacio para trabajar grandes formatos, experimenta con rollos de papel Kraft, con progresiones que llegan a los doce metros, y con instalaciones para espacios concretos.
Tras su paso por Boston, la artista valenciana retorna e inicia una etapa más subjetiva, espacial y emocional. En esta fase crea diversas instalaciones ambientales, con una profunda renovación plástica de su estilo.
Los años 90 suponen un total y merecido reconocimiento para la obra de Sevilla, con el Premio Nacional de Artes Plásticas que se le concede en 1993. Además, se suceden las exposiciones y muestras dedicadas a su trabajo.
En 2014, recibe el premio Arte y Mecenazgo, que reconoce la excelencia de su obra y los logros de su trayectoria. En el año 2020, se le otorga el Premio Velázquez de Artes Plásticas y es nombrada Doctora Honoris Causa de la Universidad de Granada.
Soledad Sevilla. Ritmos, tramas, variables. Una exposición retrospectiva y mucho más
La exposición del IVAM Soledad Sevilla. Ritmos, tramas, variables, muestra más de cien obras de la artista valenciana, recorriendo toda su trayectoria.
La muestra comienza con sus obras de finales de los 60, hasta la actualidad, incluyendo sus últimos trabajos, e incluso algunas obras e instalaciones realizadas ex profeso para esta exposición, en la que se puede observar el rico lenguaje artístico de Sevilla, basado en la pureza de la línea y el color y en la construcción de formas a partir de módulos geométricos. Una oportunidad excepcional para conocer el trabajo de esta gran artista valenciana.