Cuatro colores CMYK

 

CMYK o CMYB

Para definir el espacio de color en el que vamos a trabajar, normalmente utilizamos siglas que hacen referencia a dicha tecnología, ejemplos de ello son: RGB, LAB, CMYK, etc. y cada uno define un espacio de color.

¿Por que escribimos CMYK?

¿Por que CMYK y no CMY? En teoría, la unión de cian, magenta y amarillo absorbe toda la luz del espectro y, por tanto, la reflexión es cero, pero en la realidad no es así.

Si se tienen en consideración las imperfecciones de los componentes y la falta de pureza de estos elementos, nos damos cuenta de que la unión del cian, magenta y amarillo, no es un negro esperado, sino un marrón inesperado y esto ocurre porque cierta parte de la luz que tiene que absorber el colorante se refleja, provocando una desviación inesperada.

Simplemente los colorantes no son perfectos, pues tienen que satisfacer muchos requisitos físicos, como son su adherencia entre sí y con el papel, tienen que secarse en un tiempo razonable, ser resistentes a la disolución y al rayado y, como siempre, tener un precio rentable lo que provoca invariablemente la reducción de la pureza del color.

Para salvar el problema, se utiliza una tinta más que complementa a los otros tres colores, el negro. Con ello se consigue una mayor absorción de la luz. Este negro también es útil a la hora de imprimir textos en negro, ya que se consigue una impresión homogénea sin tener en cuenta el descase de los tres colores restantes.

Los cuatro colores de impresión CMYK

¿Por qué CMYK y no CMYB?

El porqué de este cambio de siglas (K, en vez de B de black) es curioso. Al parecer se sustituyó B por K para evitar la posible confusión entre la B de black y la B de blue. Los operarios de imprenta, a menudo se refieren al cian como azul y al magenta como rojo, algo evidentemente equivocado e incorrecto, pero que es una práctica tradicional muy arraigada casi casi imposible de corregir.

El porqué de sustituir la B por la K es algo que se teoriza de varias maneras, pero la que parece más factible es la que pone como origen a la palabra «key» (clave o llave), que es la plancha que cierra la desviación de los otros tres colores. De todos modos sea por la razón que sea, imprimimos en CMYK y no en CMYB.