El Museo de Bellas Artes de València ha presentado una nueva disposición de su colección permanente, con una sala dedicada al Renacimiento europeo que pone de manifiesto la importancia de la ciudad durante el siglo XVI.
El Renacimiento europeo en València
A principios del siglo XVI, la revolución que supuso el Renacimiento en las artes plásticas sacudió los cimientos de Europa.
Por un lado, el ars nova surgió en la zona de Borgoña, un ducado con gran poderío económico. Este estilo pictórico abogaba por un realismo extremo, gracias al talento y los avances técnicos impulsados por artistas como Jan van Eyck o Rogier van der Weyden.
Por otro lado, más al sur, en la península itálica, el ideal clásico grecorromano era el nuevo modelo a seguir, marcando el paso al Renacimiento Italiano.
Las dos corrientes artísticas convivieron durante un tiempo, y en los principales núcleos urbanos mediterráneos de la época los clientes y mecenas realizaban encargos a artistas de ambos estilos.
De este modo, durante los primeros años del siglo XVI, Florencia, Nápoles o València se llenaron de obras de pintores procedentes del norte y del sur de Europa.
Más tarde, avanzado el siglo, la corriente renacentista italiana se impuso, gracias al trabajo de genios como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel o Rafael, y al impulso económico de las potencias de Florencia y Venecia.
Sin embargo, durante muchos años ambos estilos, el flamenco y el italiano, fueron los que dieron forma a la imagen europea en su paso de la Edad Media a la Edad Moderna.
En esos años, València seguía siendo —al igual que en el siglo XV— un importante centro mercantil y económico, una ciudad cosmopolita en la que se encontraban obras de influencia flamenca, como las creadas por Bartolomé Bermejo, y pinturas de influencia italiana, como las de Paolo de San Leocadio.
Se importaban obras de Antoniazzo Romano y del papa pintor, Alejandro VI, Pinturicchio; al tiempo que se recibían pinturas norteñas de Jheronimus van Aken, El Bosco. València era un crisol de culturas y estilos artísticos, un hecho que se refleja en la nueva sala del Museo de Bellas Artes.
Norte y Sur se dan la mano en las salas del Bellas Artes
La nueva instalación del museo está situada en la planta baja, y se compone de 16 pinturas renacentistas. Una selección muy representativa de un periodo del arte europeo, marcado por dos tendencias coexistentes: el estilo proveniente del norte, en Flandes, y el marcado por los ideales clásicos, originario del sur. Una situación que más tarde se repitió durante el Barroco.
Las obras están datadas en los primeros años del siglo XVI, y son obra de artistas como El Bosco, Pinturicchio, Antoniazzo Romano o Vrancke van der Stockt.
También se pueden contemplar tres de las últimas incorporaciones al museo: el Ecce Homo de Giovanni Antonio Bazzi ‘Il Sodoma‘, uno de los principales nombres de la escuela de Siena, una tabla con Cristo Varón de Dolores del círculo del flamenco Albrecht Bouts y la Virgen con el Niño Jesús del Maestro de los modelos de Pieter Coecke.
Además, en la sala renacentista, se muestra el retrato del poeta griego Michele Marullo Tarcaniota, obra de Botticelli.
En la presentación de la nueva sala, el director del Museo de Bellas Artes de València, Pablo González Tornel, afirmó que, con la apertura de esta nueva sala, «se eleva el nivel científico y la proyección internacional del centro al incorporar obras que ejemplifican los ideales renacentistas del mundo flamenco e italiano». Un nuevo aliciente para visitar el siempre recomendable Museo de Bellas Artes de València.